domingo, 26 de octubre de 2008

Doña Tecla Bisturín, enfermera de postín

Doña Tecla Bisturín era una simpática historieta de Raf, que transcurría en una clínica, en la que en lugar de curar a los pacientes, los defenestraban una y otra vez. Los protagonistas eran la propia doña Tecla, una enfermera jefe dominanta, grandullona (tan habitual en las feminas de este dibujante como podemos ver en Doña Lío), que devoraba novelas del oeste en lugar de trabajar. Su jefe es el Dr. Perillez, especialista en todo, y director de la clínica el Buen Zurcido. La ayudante de Doña Tecla es Ofelia, una enfermera bajita y simplona, que obedece las ordenes de Doña Tecla, con despistes y confusiones varias.
Pero que sería de una clínica sin pacientes. Y en esta clínica los pacientes son de lo más disparatado. Tenemos a la hipocondriaca Doña Gemidos, al hambriento Fakir, al bajito General Money y al otro protagonista de estas historietas, Don Repupa.
Este pobre hombre, un personajillo calvo, enclenque, con bigote, es el cliente perpétuo de la clínica, con achaques mil y sufridor de las meteduras de pata de las enfermeras, que le hacen todo tipo de perrerías que en lugar de curarle le dejan más pocho aun.
Son historietas cortas, de un único gag final pero con la chispa y gracia habituales de Raf Les mostramos una historieta en la que salen casi todos los personajes habituales de la serie, cosa inusual, pues cada historieta era una anecdota sobre un paciente y su tratamiento, y en esta, salén casi todos.

Estas historietas están recomendadas por 9 de cada 10 médicos para curarse cuando uno está malito pues la risa sana mucho. Salud.

domingo, 19 de octubre de 2008

Increible, pero Mentira

Los primeros años de Ibáñez en la Editorial Bruguera fueron de un infatigable trabajo, siendo uno de las autores más creativos y productivos de la editorial. No sólo realizaba varias series a la vez, si no que era frecuente que le fueran encargadas páginas de chistes temáticas, como las dedicadas a los deportes o a parodiar personajes históricos. Y es que además de ser capaz de sacar chispa casi a cualquier tema, Ibáñez parecía no tener fin en su capacidad de trabajo, y, tanto la editorial como los lectores, querían cada vez más páginas del autor.
Una estas páginas recurrentes de chistes era la que hoy recordamos: Increible pero Mentira. Se trataba de una original variente de los chistes sobre colmos, protagonizados por personajes esperpénticos, con nombres arquetípicos descriptivos tan propios de la editorial, y que Ibáñez usaba a la perfección; y basando su humor en una exageración hiperbólica de las características de los personajes que aparecían y sus absurdas vivencias.
Aquí se vuelve a demostrar la genialidad de Ibáñez a la hora de dar un toque surrealista y jocoso casí a cualquier situación. Tal vez no sea una de sus series más recordadas pero no por ello es de peor calidad que otras de las series de la época, pero a veces, entre tanta producción, es lógico que a uno le cueste acordarse de tantas páginas divertidas. Por ello, espero que esta entrada nos haga apreciar también estos Increible, pero Mentira, como otra muestra más de lo bueno que fue Ibáñez en sus mejores años.

domingo, 12 de octubre de 2008

Igüalico, igüalico, que el defunto de su agüelico.

Este mes saldrá un Superhumor Clásicos que todo buen aficionado a los tebeos Bruguera no debería perderse. Es el superhumor dedicado a Nené Estivill, en el que podremos contemplar tropecientas historietas de sus dos personajes más famosos: La Terrible Fifí y Agamenón. Como ya comentamos en otra entrada, este autor no se caracteriza por un dibujo llamativo, si no por sus geniales guiones, y unos personajes muy logrados. Su dibujo anguloso y falto de detalles es suplido, con creces, por sus diálogos desternillantes y su buena planificación para el gag final con chasco tan típico de Bruguera, siendo uno de los que mejor lo sabe utilizar.
Sin duda su personaje más querido y recordado es Agamenón, un paleto de pueblo tontorrón, brutote, perezoso y comilón pero que no duda en ayudar a quién se lo pide. Sus ocurrencias suelen acarrear chascos monumentales al resto de los habitantes del pueblo, que terminan persiguiéndole para arrearle con sus garrotes por burro. Estas escenas de persecución, o chasco final, los contempla la abuelita de Agamenón que con su celebre y única frase de "Igüalico, igüalico, que el defunto de su agüelico" es uno de los personajes más carismaticos y originales de Bruguera pese a su repetición continua (de ahí su singular gracia.)
El lenguaje cerrado de todos los habitantes del pueblo de Agamenón es una de las mejores bazas de estas historietas que te hacen leerlas con lentitud (y casi en voz alta) para poder disfrutarlas con mayor entendimiento. Les dejo con una historieta de Agamenón que no se sí saldrá en el recopilatorio, por lo que sí sale en el mismo, considérenlo un anticipo, y si no...considérenlo un extra.

lunes, 6 de octubre de 2008

Tres Genios haciendo chistes

Las revistas de la Editorial Bruguera estaban repletas de chistes de temáticas muy diversas y autores de la casa. Habían chistes de una única viñeta o tiras, normalmente mudas, con situaciones absurdas protagonizadas por personajes a veces recurrentes o, en otros casos anónimos (al estilo de las tiras del TBO). Estas páginas eran verdaderas joyas del humor pues conseguían con una sóla imagen o gag hacernos reir. Hoy les dejamos con una página de chistes extraida de la revista Super Tio Vivo 38 en la que tres genios de la historieta de la Generación Bruguera nos deleitan con sus ocurrencias. Cifré con su Vagancio, Schmidt, con otro de sus diminutos personajes, Sófocles e Ibáñez con una serie de chistes sobre la Caza, posiblemente recuperados de su serie clásica de chistes deportivos. A reir tocan.

domingo, 5 de octubre de 2008

El incomprendido Rompetechos

Rompetechos siempre ha sido el personaje más incomprendido de la historieta. Es un ser vitalista, ocioso y que amanece feliz cada día pese a que se enfrenta, irremediablemente, a una sociedad que no le entiende, que conspira contra él y que siempre le agrede amargándole la existencia.
Los problemas de Rompetechos, personaje favorito de su creador Ibáñez, vienen de su miopía exagerada, y las confusiones que esta le generan, pues le llevan a interpretar de forma erronea los carteles, a entrar en tiendas y pedir productos imposibles, a insultar y ofender a las personas confundiéndolas con animales u objetos. Un sin fin de equívocos desatrosos para Rompetechos pero hilarantes para nosotros, los lectores.
Sus historietas suelen ser cortas, de una o dos páginas como mucho,(en la actualidad son más largas) con una sucesión de gags "in crescendo" llevando a un desenlace fatal para el protagonista. Pese a la brevedad de sus historietas, Rompetechos es uno de los personajes más conocidos de Ibáñez, y es un personaje recurrente en el universo particular de los personajes de este autor (sobre todo en Mortadelo y en 13 Rué del Percebe), aunque otros autores tanbién le hacían darse garbeos por sus historetas para generar chistes a costa de su confusa visión.
Les dejo con una simpática historieta de Rompetechos, publicada en la portada de la revista Din Dan (cada día más graciosa.) número 149.