Todos sabemos que durante muchos años la Editorial Bruguera no tenía rival en cuanto a la edición de tebeos. Sólo el veterano TBO, y las revistas de la Editorial Valenciana como Pumby o Jaimito, se conformaban con hacerse un rincón en los kioskos españoles frente a las múltiples publicaciones de la Editorial Bruguera.
La Editorial Valenciana tenía su propia escuela de autores, tan recordados como Sanchis, Rojas de la Cámara, Palop, Karpa o Sifré.
Algunos de estos autores acabaron trabajando para la todopoderosa Bruguera en los años 70, época en la que la Editorial Valenciana comenzó su declive.
Francisco Sifré, conocido por sus personajes Boby y Piluca en Pumby, creó para Bruguera grandes personajes como el marqués de la foca , Aceituno Cargante, vendedor ambulante, o el caso que nos ocupa, Alí, el genio de la lampara.
Estas historietas de marcado aspecto infantil, recogían la esencia de este autor, en la que un dibujo claro, expresivo, muy bien ambientado, se conjugaba a la perfección con unos guiones sencillos, a la par que entretenidos.
Alí era un niño-genio bienhechor, que en cada episodio, prestaba su mágica ayuda a quién se lo pidiese, así como escarmentando a los ambiciosos villanos que se iba encontrando. Aventuras de toque clásico, llenas de fantasía de las mil y una noches. Son historietas que se dejan leer pese al paso de los años, teniendo en cuenta el público infantil al que iban dirigidas, sin que eso sea menoscabo de su calidad. Al contrario, son muy buenas historietas infantiles.
Sifré fue uno de los mejores exponentes de la Escuela Valenciana de hacer tebeos, y su paso por Bruguera también dejó huella. Disfruten de estas historietas de hoy, y sí encuentran una lampara no duden en frotarla para ver si Alí les viene a visitar.
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