
En el primer caso, tenemos unas tiras de Coll, en las que el autor desarrolla sus mejores bazas: el humor del absurdo y surrealista, mediante un dibujo estilizado y de gran movimiento, cercano al dibujo animado.
En el segundo caso, tenemos a Pañella, que cuenta con un dibujo mas redondeado, y con menos detalle, pero muy expresivo, en el que la gracia residía habitualmente en el chasco final o sorpresivo.
¡Qué las disfruten!
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